Este enfoque revolucionario diferencia a EUROPOLIS de cualquier otra red similar, ya que sus miembros activos no solo pueden tener la propiedad total de su identificación digital (datos y software / espíritu y cuerpo), sino que también pueden tener la oportunidad de aprovecharlos para darse cuenta de su valor.
La misión de EUROPOLIS es crear un nuevo contexto, en el que cada uno de sus ciudadanos electrónicos posea su propia identidad digital y participe directamente como accionista en la primera red mundial de recursos humanos soberanos.
Por tanto, EUROPOLIS es un país electrónico caracterizado por sus ciudadanos electrónicos, los europolianos.
Por tanto, como en cualquier país físico, construiremos, desarrollaremos y explotaremos nuestros recursos y compartiremos los beneficios.
Cada país físico tiene una Constitución y una moneda. Así lo haremos en nuestro país digital.
EUROPOLIS nace y crece a través de un algoritmo Constructor que interconecta los dos mundos: los individuos y sus proyecciones informáticas, para crear la primera y totalizadora red digital de recursos humanos unidos y soberanos.
EUROPOLIANS, como cualquier nación física, estará en continuo progreso y desarrollo, siempre con el objetivo de garantizar los derechos democráticos plenos en el mundo de la información, a través de la transparencia e incorruptibilidad de sus arquitecturas de red blockchain.
Por tanto, desde un punto de vista jurídico, EUROPOLIS puede considerarse una ONG (Asociación Civil No Gubernamental) en la que cada miembro activo tiene una participación igual equivalente a su derecho de voto. Todas las decisiones críticas se tomarán luego mediante voto electrónico por parte de sus ciudadanos electrónicos.
Por primera vez, se lanzará un sistema blockchain de acciones e intercambios de recursos humanos compartidos, separados por especialidad profesional a través de un token regulador, que representará la voluntad individual de sus miembros y su conexión con la red Europolis.
Al mejorar digitalmente nuestros recursos humanos unidos a través de tecnologías de vanguardia, tenemos la intención de llevar nuestra economía digital a valores más altos que las plataformas de redes sociales más grandes de la actualidad, lo que resulta en enormes beneficios para todos los participantes.
El coste de la infraestructura de software y hardware de EUROPOLIS estará cubierto por una tarifa mínima de pocos euros que será donada por cada europoliano.
"EURO" porque todos nuestros valores se originaron en el nacimiento de nuestra maravillosa Europe (Digital United Europe).
"POLIS", porque nuestro país digital pertenece a su gente por su conciencia y no por el lugar físico que ocupa en la tierra.
EUROPOLIS es, por tanto, la proyección digital de la conciencia europea, a través de persona a persona, independientemente de cualquier norma territorial.
El ser humano se manifiesta de formas duales pero inseparables: Cuerpo (materia) y Espíritu (información).
En la era de la esclavitud, los humanos eran controlados y explotados por el interés de una minoría que tenía derechos de vida o muerte sobre ellos, por eso los mantenía vivos, para producir bienes y servicios de bajo coste para el beneficio de sus dueños.
En la era de las redes sociales, una minoría aún más pequeña posee nuestros espíritus explotando nuestras identidades digitales que son manipuladas e intercambiadas en beneficio exclusivo de unas pocas multinacionales, gigantes imperios autocráticos, que explotan los datos de sus asociados sin su control individual y su consentimiento.
Big Data se está utilizando no solo para obtener grandes ganancias por razones comerciales, sino también para influir dramáticamente en todos los aspectos de la vida democrática, incluida la política y las elecciones, la educación, la política de salud, la moda y el gusto.
Por tanto, la información digital se está utilizando como una forma de nueva esclavitud.
Ha llegado el momento de liberar nuestros espíritus de la esclavitud de los datos digitales, así como la revolución industrial liberó a nuestros cuerpos de la fatiga y el hambre.